El uñilargo : la corrupción en el régimen de Rojas Pinilla / Alberto Donadío

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Incluye ìndice onomàstico.

Siete por ciento -- El que es caballero repite -- El Banco Popular que fundò y quebrò Luis Morales Gòmez -- A la conquista de Nueva York -- Sucursales por doquier -- En tierra del Quetzal -- El Lloyd Aèreo Colombiano -- La Empresa Nacional de Publicaciones -- El ganado de Barraza -- Tierras y màs ganados -- La audiencia -- La sentencia

Ese gran escritpr extraviado en la polìtica que fue Alberto Lleras Camargo, afirmò en 1958, un año despuès de la caìda del general Gustavo Rojas Pinilla: "Ningùn colombiano puede aspirar a enriquecerse ni prosperar sòlo por la acciòn del Estado, a menos que tenga el pensamiento de robar a sus conciudadanos".
Rojas, su familia y sus compiches se dedicaron entre 1953 y 1957 a los negocios de tierra y ganados y recibieron el equivalente de varios millones de dòlares en prèstamos de los bancos oficiales y privados. Prètamos es la pa-labra equivocada pues la mayor parte de los crèditos jàmas fueron pagados a los bancos. Rojas nunca tuvo con-ciencia de que estaba robando a sus conciudadanos. Es màs, nunca aceptò que èl como jefe del Estado no podìa comprar a precio de remate haciendas que estaban invadidas por colonos, ni pedir a la Caja Agraria que las parcelara para que èl pudiera vendèrselas a los colonos por el precio comercial. Tampoco entendiò que como presidente no podìa comprar ingenios en quiebra o recibir las reses que le regalaban los hacendados.